La conservación de la naturaleza y el turismo

Impresiones de la VII Feria de Aves y Vida Silvestre

 

Por Fabián Piqué (*)

 

Los tenia a todos allí, sentados delante mío, observando atentos lo que iba a ser mi charla sobre Hoteles Verdes y Sustentables. Estaban todos, o casi. Ambientalistas, guardafaunas, voluntarios, científicos, biólogos, historiadores, guardaparques, guías baqueanos, observadores de aves. Una extraordinaria concentración de conservacionistas, rescatistas de fauna y flora en peligro de extinción, estudiosos de las culturas originarias. Estaban allí, y lo primero que me surgió decirles fue un ¡GRACIAS! Un agradecimiento que me surgió del corazón, así, sin pensarlo, como acto reflejo, producto seguramente de lo que había estado escuchando minutos antes en sus charlas, donde contaban el trabajo que vienen realizando en la revalorización y recuperación del Ivera (como me enseñara a nombrar el amigo Fernando Laprovita) y de tantas otras regiones del país, que se encuentran en constante amenaza por la inconsciencia humana, los intereses personales por sobre los comunitarios, la economía egoísta y el consumismo, la presión demográfica y la falta de planificación.

Ellos vienen trabajando en la reinserción del jaguarete, el rescate del tordo amarillo y tantos otros. Que sería hoy de nosotros, los que trabajamos en pos de un turismo sustentable, si no fuera que ellos están allí en el territorio desde hace años, en defensa de los ambientes naturales y la biodiversidad, el arraigo de las poblaciones originarias y criollas. Que paisajes ofreceríamos, que viajes podríamos brindar…..

Se me presentó la oportunidad de hacer un reconocimiento público hacia quienes colaboran activamente para que hoy tengamos un turismo que puede brindar viajes hacia áreas naturales protegidas, parques y reservas, humedales, pueblos vivos, gente lugareña, culturas ancestrales. Y lo hice.

Y agradecí también el haber podido tener muy cerca en mi camino de aprendizaje a un biólogo de la talla de Eduardo “Edy” Rapoport quien nos dejara el legado de sus investigaciones y el calor de su charla amable, que me enseñara de manera personal el valor de los yuyos silvestres, que a sus ojos y en sus manos se convertían en buenezas comestibles. Agradezco a los organizadores de la feria y recomiendo pasar 3 días en Colonia Pellegrini en el mes de Mayo, para aprovechar este evento, que seguramente colmará las expectativas de quienes quieran descubrir esta hermosa Teko´a, que es “lugar donde vivo, junto al otro”, en guaraní, la aldea comunitaria, nuestra Casa Común.

 

(*) Consultor en Turismo Sustentable